Diversos estudios ponen en cuestión la idea de que la aplicación de una RB en un país significaría un elevado incremento en la llegada de grandes contingentes de personas. El argumento precipitado del “efecto llamada” no tiene en cuenta la gran variedad de factores que afectan al individuo en la decisión y posibilidad de emigrar. Pero si aceptamos que la mera existencia de disparidades económicas entre diferentes regiones en el mundo es suficiente para generar flujos de inmigrantes, el peso de la introducción de una RB sobre un posible efecto llamada, no hay que exagerarlo. Es decir, las desigualdades económicas, políticas y sociales entre los países ricos y los países pobres ya tienen hoy en día un ‘efecto llamada’ poderoso e independiente de la RB. Una buena razón adicional para apoyar la introducción de una RB que garantice la existencia material de las poblaciones de los países pobres.