“La renta básica universal no alienta la vagancia, al contrario”

Qué es la renta básica universal?

– Ha tenido varias definiciones, pero la que más se utiliza es la que la establece como una renta que cobraría cualquier miembro de pleno derecho de la sociedad, independientemente de otras posibles fuentes de renta que pueda tener y de con quién conviva. Es decir, sólo por el hecho de ser ciudadano o residente se tendría el derecho, no se necesitaría ningún otro requisito.

¿Está cuantificada esa cantidad para un país como el nuestro? ¿Cómo se financiaría?

– A lo largo de al menos 17 años, ha habido distintas propuestas de financiación, depende del ámbito. No es lo mismo una financiación de Unión Europea, que para una comunidad autónoma, que para un Estado miembro. Pero para simplificar se han hecho tres tipos de grandes propuestas: redistribución del gasto público, una reforma impositiva fuerte y una combinación de ambas. Personalmente, creo que la que tiene más pedigrí académico es la segunda.

–Imagino que eso supondría también reformar otro tipo de prestaciones que se reciben.

– Por supuesto, algunas serían redundantes. Por ejemplo, las rentas mínimas de inserción de las comunidades autónomas. Lo que ocurre es que, excepto en el País Vasco y Navarra, que son las que tienen las rentas mínimas más generosas, nos estamos refiriendo a auténticas ridiculeces cuantitativas. No hay ninguna –excepto en el País Vasco– en la que reciba una renta mínima de inserción más del 1% de la población. En cuanto a la cantidad, vendría definida por el umbral de la pobreza, que en la UE se fija en el 50% de la renta per cápita en la zona concreta. En España, la media sería de unos 330 a 350 euros mensuales.

– ¿No sería una afrenta para los que trabajan?

– En muchos ambientes sociales ya se da la idea de que trabajo no es igual a trabajo remunerado, porque si no dejaríamos al margen dos de las actividades que han estado cuantificados económicamente, como son el trabajo doméstico y el voluntario. Muchas veces estamos queriendo decir: si una persona no trabaja es que es un vago. No. Igual está haciendo otra cosa. Es más, yo creo que hay muchos vagos que reciben un salario. No hace falta ser muy sofisticado en lo que respecta a la utilidad social del trabajo para estar de acuerdo en que hay muchos trabajos generosamente remunerados y que no sirven para nada. Si circunscribimos la pregunta a que mucha gente que está trabajando asalariadamente no querría con una renta básica, rompe muchas de las intuiciones que tenemos.

– La renta básica crearía modificaciones en el mundo laboral y supongo que pondría en cuestión los llamados contratos basura.

– Cuando hablas con jóvenes, hay unanimidad entre ellos. Están de acuerdo con que, con la renta básica, muchos de ellos no aceptarían las condiciones laborales que se ven obligados a aceptar, porque tendrían un colchón para decir que no. En cuanto al trabajo de la mujer, cuando hace cinco o seis años empezó a hablarse de esta renta más allá de los ámbitos académicos, me fijé en lo que decían algunas dirigentes del movimiento feminista. Al principio, miraban con desconfianza la propuesta porque podía suponer la vuelta a casa de algunas mujeres. Pero las feministas que profundizaron llegaron a la conclusión contraria. Globalmente, habría muchas mujeres, dependientes de otra persona, que con una renta básica tendrían una mayor libertad de elección que ahora para independizarse. Esta renta es muy atractiva no sólo por estar dirigida a la lucha contra la pobreza, sino porque va más allá, ya que aumentaría la libertad individual de una parte de la ciudadanía.

–¿La renta básica tendría su aplicación sólo en países desarrollados, lo que generaría una nueva atracción para los inmigrantes?

– Las propuestas de financiación se han hecho donde hay números para hacerlas, no porque sean ricos, sino porque hay cierta disciplina fiscal. La idea general sería a nivel universal y se define siempre por el umbral de la pobreza, no es lo mismo una renta básica para Marruecos que para Suecia. En los países pobres no se ha podido hacer números porque no hay. En Canadá, con mucha experiencia en inmigración, a la renta básica tendrían derecho no sólo los ciudadanos sino los inmigrantes con tres o cuatro años de residencia legal. En cuanto la presión de los pobres por venir a los países ricos, ellos no conocen la situación legal del país al que van. Abandonan el suyo porque están desesperados económicamente.

– ¿Qué partidos políticos son capaces de plantear esta renta?

– En la Unión Europea, los Verdes alemanes son los más proclives, pero tampoco han hecho de esto una tema fundamental. Aquí, en mayo del 2002, diversos partidos plantearon una renta básica en el Parlamento catalán. Los partidos ven la idea extremadamente atractiva, pero les da miedo ser los primeros. Es una propuesta que, en general, motiva más a la izquierda.

–Imagínese que en las elecciones del 2004 alguien incluye en su programa la renta básica, consigue mayoría y la aplica.

– En el mercado laboral pasarían tres cosas: aumentaría el trabajo a tiempo a parcial, determinados salarios tenderían a subir y otros a bajar y habría mayor posibilidad para el autoempleo.

El Periódico de Aragón, 1-6-03